Gracias.

 Primero fue el llanto, Él me ayudó a expresanme, a sentirme bien. Después vino la voz y me enseñó como decir lo que quieres, y lo que no. A quejarme, a agradecer, a seguir luchando. Años después vino la humildad y me dijo que debía conocer y dejarme conocer, amigos y quién sabe, gente especial. Se acercó el amor junto con la alegría, me abrió el corazón y entraron dentro. Me quisieron y me mantuvieron despierta. Un día por error, llamé al odio y él acudió. Vino, abrió la herdia y luchó contra el amor. Ganó y lo único que aprendí, fui a sentir rencor. Aprendí otra manera de ver la vida, otra forma de contar la arena, otra manera de aprobechar el tiempo. Vino después la música. Empecé a desconfiar de la gente, mientras mientras mis heridas cicatrizaban. Aprendí otra manera de querer, de expresarme... de vivir. Simplemente gracias. Por ser sentimientos, por enseñarme a ser quién soy.

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