Hay momentos, que no tienen banda sonora.

Que esto no es una película americana. No existen los encontronazos ni el violinista que toca en el balcón cuando estos se miran a los ojos. Tampoco sé que canción ponerle a tu mirada o a tu sonrisa, a tu olor o a tu dulzura. Ni cuando me coges de la mano, o me rozas el brazo. Tampoco sé que banda sonora le corresponde al momento cuando tus labios me hacen cosquillas en la cabeza, o cuando nuestras miradas chocan y luego se separan con ilusión y desilusión al mismo tiempo. No lo sé, y quiero saberlo. Quiero inventarme esa necesitada banda sonora, aprendérmela y susurrártela cada vez que te vea. Despacio, suave, sin prisas ni agobios.