Hoy, sí.

Hoy es uno de esos días. Sí. Esos en los que no apetece respirar. Esos en los que tienes un nudo en la garganta y quieres llorar. Pero sabes que no puede hacerlo, o no podrás parar. Esos en los que te gustaría hundir la cabeza en un cojín y dejarlo húmedo para los días que queden... Cogen mantas, helado, poner esa película, esa que te hace llorar como un niño pequeño. Y así tener una excusa para sacar esas gotas de agua de tu cuerpo. Esos días en los que la cama te llama, las luces tenues te seducen y la música de piano te atrapa. Días en los que no te importa lo que pase en el mundo, solo te importa lo que te pase en el corazón.

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