Desde diez.

Decía Carlos Siles que «si tú te vas, me voy contigo, amor», pero yo podría soportar que otro te mirara morderte los labios cuando quieres un beso. Quizá le estoy haciendo daño, pero no quiero empezar de cero contigo. Quiero empezar desde diez y contar hacia atrás para dormirme; y que al despertarme no estés. Quizá me estoy haciendo daño, pero puedo soportar que otro te cuente la fascinante historia de la chica que no tocaba el piano (pero casi). Lo que no puedo soportar, es que te hagan creer que tú eres esa chica.

Creo que tú no morirías si te dijera adiós. Quizás un 'hasta mañana' dicho a las 9:38 te haría no dormir en las próximas cuatro madrugadas, pero ahí estaría contigo -distantemente- para decirte que ninguna canción huele a café tanto como tú. Yo no prometo olvidarme de que todo pueda ser igual, porque podemos repetir muchos momentos antes de que otro te señale los árboles por el camino.Yo puedo señalarte todos los sitios dónde nos besamos el día 8, y sólo necesitaría tu cuerpo.

Quiero tenerte miedo si al empezar desde diez, vas ya por el dos con sus labios. Si ya has juntado la primavera a sus pestañas y ni siquiera me has prohibido miraros mientras hace sol. Porque te tengo miedo si vas primera, si eso significa que pierdo yo. Porque él podría decirte que lo mejor de ti es que guardas los besos entre las clavículas, pero yo puedo escribírtelo en tres palabras. Es tan sencillo como empezar un libro con la frase «olía a mandarinas...» 





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