Su mirada un precipicio.

Un remolino de ilusiones que se lleva todos los sentimientos por delante. Los arrastra; los sumerge en el más puro silencio. Un cable de alta tensión. Descargas de chispas cada vez que algo se opone a su tenue azul intenso. Azul mar, azul cielo. Un huracán de pasión incontable. Irrefrenables, se llevan cada segundo del tiempo a su terreno y los absorbe. Una caricia dolorosa al viento, un latigazo al tiempo. Al tiempo que no para, y desaparece. Al tiempo que vuela, al que me mira cada noche. Una línea discontinua en todos los deseos compartidos, en todas las miradas rechazadas, en todas los silencios interrumpidos. Es azul, azul como agua clara, como la lluvia fresca de otoño. Azul, como la brisa al chocar en tu cara, como sus sonrisas iluminadas. Es un precipicio de palabras, que me atropellan y me lanzan al más hermoso paraíso, un terreno azul, al igual que él mismo.

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