Borradores de un diario quemado. III

Sólo quiero una botella llena de sonrisas, para esos momentos en los que falten.

Eres infeliz. Tienes a dos centímetros de ti, ese barranco de pesadillas que te absorbe cada minuto un poco más. Tienes a un sencillo paso, ese futuro que te sonríe. Alto, moreno, sonriendo. Te regala palabras bonitas, te roba esas lágrimas que marcan tu piel. Te niegas a escucharle, y él te lo repite. Tú lo niegas, y él sonriendo, te lo repite. Una, dos, mil veces. Tienes ahí tu final. ¿Feliz? Ningún final es feliz. Pero es más prometedor que una jaula de fieras riéndose de tu absurda obsesión. Caminarás de su mano, o sin su mano, esperando que un día te regale lo que más quieres. Tu vida. Eso que alguien arrebató de tus manos mientras dormías una oscura noche de verano. Mientras soñabas, mientras aún tenías sueños. Esos que quizá te devuelva junto a tu mejor sonrisa. Tienes tu final, yo tengo el mío. Quemado. Final quemado entre esos recuerdos que jamás querrás recordar. Pues, ¿qué soy yo? Un consejero sin sentido que te muestra eso que no quieres ver, y que por muchas veces que alguien te repita, nunca jamás encontrarás el por qué de esos momentos envenenados, que yo guardo entre mis líneas.

2 comentarios :

  1. encontrar este blog y este texto ha sido como obra del destino...al leerlo he sentido como si alguien me lo estuviera diciendo expresamente a mi, y es que refleja al milimetro mi situacion. felicidades x esta pedazo de entrada.

    ResponderEliminar
  2. Hola. Este no me gusta, será porque no es mi situación, será. No me transmite nada, no le encuentro tu sentimiento, está sacado de las manos de cualquiera, y tú no eres cualquiera, escribir necesita esfuerzo, siempre, escribir bien necesita mil veces ese esfuerzo, siempre. Que conste que yo también peco en este sentido. Un abrazo.

    ResponderEliminar