A la persona más bonita del universo.

Camarero, dos cafés con leche, que tenemos historias que contar y tiempo que recuperar.

<<Los cristales de la cafetería empezaban a empañarse. Larga vida a este invierno lluvioso.
Sacó de su abrigo un puñado de sobres blancos, alguno amarilleado, con las puntas húmedas, y los dejó en la mesa. Me miró y sin más, se sentó justo en el asiento de enfrente. Las mangas del abrigo dejaban ver esa piel de sus brazos, que tantas veces se estremecía aquel lento abril. Un abril que no llovió, que no trajo cantos de pájaros, ni flores de colores. Abril gris, aquel tiempo, relaciones trágicas. Fijó sus ojos color mar en mí, y noté como mi espalda se tensaba, y mis piernas imitaban a la gelatina. No debería haber aceptado a venir a este lugar, con él, con los recuerdos, con los sobres. No debería haber llorado aquella noche, no debería haber recordado, descolgado aquel teléfono. No debí llamarle, no debí ser tan débil. Perdí, y él ganó, junto con su maldita sonrisa. Noté como cruzaba sus piernas bajo la mesa y chocaba su tobillo contra el mío. Sentía que iba a morirme, a explotar, a llenarlo todo de lágrimas. Lágrimas con su nombre, con el mío, con una fecha, con un adiós mal dicho. Levantó las cejas, diciéndome que todo eso era tan típico de mí, que esperaba que ocurriera hasta cuando no nos viéramos. Comenzó a desdoblar la primera carta. Pero antes de hablar, de hacerme recordar mi letra infantil, mis comparaciones adolescentes, me miró fijamente y sonriendo, susurró: 'Sigues teniendo esa mirada color café nerviosa.' No pude evitar sonreír y apartar mi mirada de aquellos labios. Estaba empezando a perder la cabeza. Otra vez. Carraspeó, inútilmente, y con su voz grave, empezó a leer la primera carta.
-A la persona más bonita del universo...>>

Quizá haga de esto una historia, un relato, una continuación. Quizá no. Según vea como puedo desarrollar algo así, de como me vengan las palabras y las ganas, y el tiempo. 
Quería daros las gracias, a los 256 que me seguís, que hacéis que abra esto y escriba. A aquellos que hacéis que no lo deje, aunque me den mil ganas de hacerlo. De verdad, gracias.

6 comentarios :

  1. Qué grande. Me ha encantado.
    Un adiós mal dicho: lo que más duele.
    Eres genial.

    Un abrazo, bonita!

    ResponderEliminar
  2. Hermoso espero que lo continúes
    ¡saludos!

    ResponderEliminar
  3. Me gustó mucho la entrada, y tambien como escribes!
    Espero que continúes, besos!

    ResponderEliminar
  4. Pues menos mal que no lo dejas, porque a mi me encanta, y seguro que a esos otros 255 seguidores también.
    Y como no, otra entrada más igual de maravillosa, y podría decirte que estás describiendo mi vida, un viernes de hace dos semanas... cada día me impresionas más. Gracias por seguir con esto. <3

    ResponderEliminar
  5. Precioso, me ha encantado.
    Larga vida a este invierno lluvioso!

    ResponderEliminar
  6. Hola. Por qué te dan ganas de dejarlo? Un abrazo.

    ResponderEliminar