Pro-vocación II

Me decías que me querías
a la luna y vuelta,
pero nunca volviste.
Quién sabe si querrías
que tu boca y la mía
fueran un mismo vértice.
Y comer vértigo, de tus labios,
a los suyos, como un puente
de palabras. Como una cama,
compartida.
Me enseñaste las prioridades,
en esto del sufrir.
Que primero van los insomnios propios,
y luego, los recuerdos se encargan
de eso del dormir.

Me decías que me querías
tras toda esa distancia y quedaba corta
para todos esos sentimientos,
que al darte elegir,
entre la luna y mi mirada,
odiabas hasta el último suspiro
de tu existencia.

1 comentario :

  1. Hola. Con este me haces sentir que sacas todo de muy adentro, me gusta mucho. Un abrazo.

    ResponderEliminar