Todo eso que decías
de convertir en Reversible una Noche Eterna,
y toda esa patraña de que el amor
es más amor
con las persianas bajadas,
se me viene a la cabeza dramaticalmente versando.
Todas esas historias que dicen ser de agri-amor,
no son más que historias de Atardecer conoce a Puta,
de Puta salta de charco en charco calando a Atardecer.
Cuando aplastabas la luna con el mismo pulgar
con el que luego hacías girar el mundo,
yo te veía temblar;
y se me caían los trozos de cielo al suelo,
y todo nuestro polvo lo hacían las estrellas.
Eso de que Lisboa,
y Praga, y Barcelona,
son ciudades para hacer el amor,
no son más que estupideces para viajar
entre un continente y tu espalda,
de lunar en lunar cual paranoica,
y volver a ti haciendo auto-stop en tus caderas;
ven a buscarme a estas coordenadas:
N 41º 2' 18"
W 72º 57' 2"
Equilibrio son mis pies sobre los tuyos,
o el frío de mis manos en tu cuello.
Como todas esas auto-cartas de amor
el quince de febrero,
o la mano inocente que coge por primera vez
un bombón de licor
y deja de creer en el amor.
Explícame como puedo de dejar de creer en él.
ResponderEliminarYo no puedo, siempre creo en él. Lo que pasa que él no cree en mi y ya la hemos liado.