Labiofrecuencias.


Estoy viendo la tormenta venir
y sólo espero que caiga sobre mí
una vez tras otra, tantas veces,
para que cuando se vaya
aún me duela el reencuentro:
espero que me quieras
con la misma intensidad
con la que me hiero a mí misma.


Oigo gaviotas volar y parece que eres tú. Me miran casi igual que lo hacían tus ojos, y veo icebergs flotando entre las lágrimas que solías secar con tus manos. Te oigo volar en mi cabeza como en aquel verano del ochenta y siete, y sólo veo limones cortados a la mitad con unas ganas terribles de amar y no corresponder al mismo tiempo. Se me están yendo todos tus besos de las manos y no sé cómo no evitar que se me olviden todos tus nombres, y todas tus formas, sentidos y direcciones. No sé evitar olvidarme sin ti y verme huyendo conmigo.

Siempre he creído en el amor porque creer en ti era demasiado fácil: las vistas fueron hermosas. 
Llegó un día que no sabía lo que era no estar lejos, y me choqué de frente contra un abrazo que duró diez meses. Ojalá sepas perdonarme las ganas, pero se me estaba agotando el corazón. 

Quise pararme los pies a mí misma y superé mis posibilidades y las tuyas en un mismo golpe. Si nunca vuelves a mirarme, que sepas que fue azul mientras duró. Que en mi cabeza seguirá en el mismo tono aun cuando no quieras, cuando no quiera: te prometo que seguiré siendo azul.

Nunca quise hacer contigo nada parecido a lo que el invierno hace con todos y cada uno de los árboles; y si lo hice sólo fue por motivos metarománticos. Mañana flotaremos y seremos sólo peces, e incluso el aire nos pondrá a flor de piel: uno sobre el otro, siendo dos en un mismo cuerpo. 

Decías todo el tiempo que nuestros labios eran frecuencias,
y que yo te había enseñado 
a ser mejor que cualquier otra emisión
que pudiera haber rozado mi boca.

4 comentarios :

  1. ¡hello, sireia! ay, no sabes lo muchísimo que me ha gustado esta entrada. que palabra tan bonita esa de "labiofrecuencias". que ácido ese dolor y esa nostalgia, y ese recuerdo. como los limones a medio cortar. y esos veranos, que solo se vivían en el siglo xx, porque seamos sinceros, con las nuevas tecnologías y el avance actual, los veranos de los ochenta, los noventa... no vuelven. y al final, nos quedamos amargos, esperando tormentas que lo cambien todo.
    mientras tanto, te felicito por este texto. y te envío un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ay, Willow.
      Adoro cuando te pasas por aquí, es un lugar ácido pero llegan personas como tú, cortan una rodajita de amor y la colocan encima de todas mis ganas, y hacen de todo esto un lugar muchísimo mejor.
      Ojalá pudiéramos vivir eternamente en los veranos del siglo xx, ¡y que venga el amor a quitárnoslo!
      Muchas-muchas gracias, ¡otro abrazo enorme para ti!

      Eliminar
  2. Pero qué bonita eres y cómo me gusta leerte.
    Te echo de menos, Mujer Tormenta.
    -Mujer Tóxica.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cómo te quiero, te quiero, te quiero, sólo te quiero yo.
      Estoy tronando fuerte por ti.

      Eliminar