Prisionera de mi destino.

Prisionera de todas las noches que pasaré sola, llorando. Con el maquillaje destrozado y el vestido de princesa roto. Prisionera de todas las tormentas de sentimientos que acabarán con esa ciudad playera, llamada ilusión. Prisionera de todos los obstáculos que se impongan en mis sueños y los destrocen sin piedad. Prisionera de todos los monótonos días, con sus monótonos segundos. Prisionera de recuerdos del pasado, que forjaron mi presente y formarán parte de mi futuro.