'Terciopelo'.

¿Qué tal todo? Yo sigo aquí, de la mano de la soledad. Sorprendiéndome con sus silencios.
-No eres suficientemente buena. Tus dedos, no son útiles para esto.- 
Dijo.

Pasé días, noches, sentada en aquel sillón de color verde. Mirando como el sol se escondía dando paso a la brillante luna. Pasé horas, minutos, mirando las cuatro paredes añiles que han vivido conmigo. Sintiendo como sufrían mis lágrimas, como sonreían mis sonrisas. Pasé lunes, y martes, acariciando a mi paso. Sintiendo su voz en mi piel. Entendiendo sus palabras lentas, armónicas. Dejando que corriesen por mi venas todas sus lecciones, sus historias de la vida. Y ella, conmigo, sufrió todos esos lunes, esos martes. Vivió mis miércoles. Ella, nunca dejó de hablarme en silencio, hasta cuando yo no quería. No me abandonó, aunque yo a ella si lo hice. Ella no me gritó, no me pegó. No me hirió. Ella me entendió, me aconsejaba. Y yo me dejaba hacer. Y hubo un momento, que ella tomó las riendas. Dejó que yo fuera quién la tocara, quién decidiera dónde va cada palabra de su historia. Me dejó elegir un final. Nunca elegí el feliz. Me dejó ponerle un significado a eso que estábamos haciendo y que nadie entendía. 
Y justo ahí, supe que ella había sido mucho más de lo que esperaba. Algo que pasó de ser un tiempo perdido, a un tiempo invertido. Y justo ahora, sé, que si ella estaba cerca, yo no estaba sola. Aunque hubiera más silencio del habitual. Aunque ella no hablara, ni yo contestara. Aunque yo no la acariciara, ella estaba ahí. Sonriéndome a mis caídas, y celebrando mis logros con voces nuevas. Llegué a perderme en ella. Tanto, como lo hago ahora. Ella vive mis jueves, mis viernes. Sonríe mis sábados. Y pinta mis domingos.
Gracias, terciopelo, por aparecer en mi vida. 
Gracias abuelo, por hacerme ver que esto no era solo un tonto capricho.

Terciopelo es mi guitarra. Mi consejera nocturna. Su tacto era tan... ¿odioso? Ni siquiera recuerdo por qué la llamé así, hace ya séis años. Mi profesor, me dijo que lo dejara, que no era buena. Lo dejé. Fui estúpida. Y años después, la vi en el armario y pensé: ¿Por qué no? La acaricié y volví a aquellos martes en los que reía por no saber tocarla como los demás. 

2 comentarios :

  1. "No permitas que nadie diga que eres incapaz de hacer algo, ni si quiera yo. Si tienes un sueño, debes conservarlo. Si quieres algo, sal a buscarlo, y punto. ¿Sabes?, la gente que no logra conseguir sus sueños suele decirles a los demás que tampoco cumplirán los suyos".
    Will Smith (En busca de la felicidad)
    Como siempre una entrada especial, genial y espléndida.
    Un beso:)

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  2. Que bonito. Me has hecho hasta llorar, y no de mentira. En serio que es preciosa, muy preciosa.
    Un besito, loca :')
    Teodiomucho, ¿sí? <3

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