Siempre.

Recoger los pedazos de un alma que, ha amado a otro alma, sin ser correspondido.

Tenía aspecto abandonado. La verdad que no creo que nadie se ocupara lo suficiente de él. La hierba era alta, y las vallas estaban llenas de enredaderas con flores anaranjadas. Había alimentos plantados al sur, y árboles frutales a la derecha, dejando el resto lleno de flores amarillas. Pájaros, había muchos pájaros. Su canto... era escalofriantemente precioso y me hacía sonreír. Me gustaba correr, pisando la hierba, oyéndola crujir. Trepar los torcidos árboles y luego tumbarme sobre las flores. Hacer un pequeño ramillete y llevárselo a mi abuela. Me gustaba inventar que ella era pelirroja. A ella le gustaba plantar rosa en el mismo, y poner el regado automático. Yo saltaba y reía entre las gotas de agua. Me gustaba que los gatos se asentaran bajo los arbustos menos altos y maullaran para que les llevases comida. Me gustaba saltar para llegar a las frutas más altas de los árboles. Me gustaba saltar las vallas sin que nadie me viera y correr hacia la fuente para traer algo de agua natural. Y lo que más me gustaba, era pensar que cuando creciera también me gustaría.
Hoy volví a ir, ¿y sabes qué? me alegré de que todo siguiera igual que siempre. Me alegré de sentir que mi yo de hace seis años, sonreía en mi interior.

2 comentarios :

  1. Me encanta, simplemente. No hay palabras para describirlo :)
    Muchos besos!

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  2. Hola. Me gusta, ya volverás. Un abrazo.

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