Veinticinco, Septiembre.

Para todos aquellos que siendo la excepción que rompe la regla, hemos superado lo de no ser una copia más.

Todo allí fuera, era perfecto. Tan oscuro, tan olvidado. Todas esas luces infinitas que decían ser ciudades, difuminadas entre cada gota de lluvia. Todas aquellas líneas dibujadas en la carretera, como un gran cosido a un corazón podrido, negro. Todo allí, lejos, era perfecto. Ese mar de coches, que jugaba a llegar el primero a la capital de la añoranza. Jugando a un juego suicida. Como niños irracionales. 
Emisora defectuosa, la que envolvía aquel coche. Emisora que contaba una historia, su historia. La historia de un cuerpo perfecto, en una mente desfigurada. La historia de un grito, de unas palabras que quedaron grabadas a fuego. De una lengua envenenada, en un lamento simplemente amargo. La mirada perdida en un enfoque imposible, mostraba no escuchar, no recordar. No volver a esos tiempos en los que ella, no era ella. A esos tiempos, en los que, ni el conductor más atrevido, correría por las cuervas de su cuerpo. 
El caro sonido de un reloj de pulsera, golpeando contra el volante. El intermitente, el giro, el pulso parado. El silencio, el peso de una emisora que ahora no se escucha, una lágrima en la mejilla. Ya está, vuelta al pasado.Vuelta a ser la pequeña delicada que escuchaba a un hombre enfermo, mientras el limón goteaba sobre la herida. Vuelta a ser el animal que rugía bajo cualquier amenaza, pero que retrocedía sabiendo que solo era la mariposa convertida en gusano. 
El nervioso pitido de un claxon a su espalda, de sus nudillos blancos apretando el manillar de la puerta. Dispuesta a salir corriendo, en marcha. A golpearse, a verter más lágrimas, a huir. Dispuesta a plantarle cara al mundo superficial que la condiciona por lo que ven, por lo que oyen. Dispuesta a estar lejos de aquellos asientos de cuero, de aquel corazón de madera. De aquel hombre que la hiere, sin ella darse cuenta. 
Un freno, una caída violenta sobre el asiento, una respiración agitada. Un mar de sentimientos, en los que ella, como buen azucarillo, se disolvía.
-Supongo que para ti es fácil, papá.
[...]

El flickr que creé, queda inutilizado por robo de cuenta. Realmente, me hubiera gustado seguir con él.
Lo siento, si desparezco y luego traigo mierdas semejantes, pero ahora pocas cosas van bien y ver una hoja en blanco me marea, me bloquea y yo me desespero. Procuraré pasarme por aquí más a menudo, cambiar la música y quizá el diseño de todo esto.
Muchos besos, la blogger desaparecida. 

4 comentarios :

  1. Me ha llegado muy adentro, las canciones preciosas.

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  2. Hola. me emociona volver a leerte, me gusta bastante, un abrazo.

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  3. eh, mi preciosa Mis Nothing, es perfecto, todo lo que escribes lo es, ¿vale? Que te quiero mucho y que desparezcas menos :3

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  4. Es algo escrito con magia y con el corazón en un pueblo, que te enfría al leer las palabras, Increíble.

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