como en el trasbordo de tu línea de metro a la mía,
que podría gritar basta en mitad de Madrid
y que ni siquiera yo misma de escuchara.
Podría darte (co)razones hasta que suplicases
una guerra nueva entre las sábanas de tu cama.
Donde firmar un tratado de paz, con mis dedos,
por cada centímetro de tu espalda.
Igual la primavera y los cerezos te hacen más especial,
pero, ¿qué es la primavera? ¿Y la tuya, cuál es?
Igual la lluvia se esfumó porque sabía que ibas a venir a verme.
Igual la lluvia se esfumó porque sabía que ibas a venir a verme.
Desde que has vuelto,
no
ha
habido
un
momento
que
no
matara
por tu sonrisa.
Y ahora que te vas.
igual
mi
primavera
se va contigo.
Hola. Entro en tu blog a leerte y no leo a la de siempre. Es así cómo querías escribir este? O tal vez sea yo que no estoy centrado, ya lo leeré otra vez en otro momento. Un abrazo.
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