Besos de astronauta.

Cuando me dejes... iré todos los días a cafeterías donde hayamos estado. Donde nos hayamos besado, donde hayas llovido, donde imaginamos mil planes para el verano. Pues iré y cogeré una servilleta. Y en ella te escribiré las cartas de amor más bonitas que haya escrito jamás. Y... la colocaré al final del servilletero. Para que alguien (ojalá tú no) se la encuentre. A ver si así le paso mis desgracias y mi mala suerte a otro. Y... que sólo pediré un café y un helado de mandarina. Aunque el helado lo dejaré intacto, por si te da por venir.

-Declaración de amor de las 17:35




Tenías el mar dentro de los ojos y el café entre los mechones de tu pelo. Olías a arena de playa y hierba mojada. Hablabas un francés fluido y sabías pintar con pincel y acuarelas. Me gustaban cómo quedaban tus manos tras pintar nuestras fotos en un lienzo. Tenías las manos color malva, gris y rojo. Y me ponías tus delicados dedos en mi cuello y me decías 'la próxima nos pintaré en blanco', y yo te susurraba 'para que no nos vea nadie'.

Tenías un sueño entre las pestañas. Tenías dos sueños entre los hoyuelos de tu sonrisa, y tres alrededor de tu ombligo. Tenías pecas en tu espalda y te reías cuando saltaba entre ellos con los dedos, o dibujaba un recorrido desde tu nuca hasta tu sexo. Me gustaba tu espalda. Podría tumbarme en ella y besártela entera hasta borrarte la piel y te salga una nueva. Para poder empezar. Y me decías 'yo no quiero que des pasos de astronauta entre mis lunares', y yo no te susurraba. Hasta que tú decías 'yo quiero que me des besos de astronauta entre mis lunares'.

Tenías la costumbre de prepararme el café y ponerlo junto a la máquina de escribir cada mañana. 'Hoy he puesto dosis extra de inspiración' y aun sin dormir nada, me hacías sonreír. Y me daban ganas de ahogarme en esa taza o en tu pelo, hasta que el golpe de una tecla me llevaba de vuelta a la realidad. Y me decías '¿algún día querrás beber de mí?' y yo te susurraba 'este café eres tú' y bebía mientras me besabas todo los rincones de mi boca.

2 comentarios :

  1. No tendrás por casualidad un servilletero suelto, ¿verdad?

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  2. Que la fotografía sea de la película 'Ruby Sparks' de por sí, ya enamora.
    Si después juntas todas las palabras y haces que suenen bonito (porque suenan, créeme que suenan), consigues que crea un poquito más en el amor.
    Por lo menos, en el amor que tú escribes, y que no conozco a nadie que lo escriba mejor.

    (Utilizaría increíble, pero no hay adjetivos. Créeme.)

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