Aviones, desastres, tú.


Llevo tres películas de Jim Carrey esperando que vengas y me digas que,
bú, todo ha sido un juego,
y me levantes por los aires hasta rozar el cielo.
Pero me veo la caída a 417 por hora 
y creo que veré otra de Carrey sin palomitas.

Pero si ahora mismo bajase a la calle y te viera, te suplicaría
que me clavases un cuchillo en mi vena artística,
a ver si así dejo ya de escribirte.

Mira, que la luna me está haciendo perder la cabeza.
Y ya voy sin corazón, imagínate el desastre.
Imagínate la cocina desde que no me follas en la encimera.
Imagínate mi cama sin ti.
(Si te atreves.)

No te lo vas a creer, pero creo que tengo una corazonada entre mis piernas.
Y quizá necesito que me suba un avión por el muslo,
o que bajen tus manos hacia mi ombligo,
pero necesito que te pongas el cinturón, que esta noche habrá turbulencias.

Anoche le dije a tus fotos que me abriesen en canal y se colaran dentro.
Que si no te olvido yo te quiero conmigo, 
colgando de mis pestañas,
no de mi pared principal.
Les dije que si querían, podían irse, y.

La putada de que no estés, es que ya no huele a mandarinas.
Y créeme que lloro su ausencia cada noche. 
Que el olor a café es tan tuyo que falto yo.
Y ojalá yo esté contigo.

No te lo vas a creer, ni yo tampoco, pero ya no te quiero.
Ni te sueño, ni te acuerdo, ni te lloro.
Te escribo.
Dime tú si alguien ha hecho algo más bonito...

1 comentario :

  1. Cuando escribes a alguien, lo haces eterno (eso es lo que quiero pensar y siempre digo yo).

    Así que no, no hay nada más bonito.

    ResponderEliminar