Ana.


No tengo ningún derecho a hablar de Ana, pero hoy la he visto bajar las escaleras del metro con sus tacones rojos. La he reconocido nada más oír el ritmo de sus zapatos chocando al suelo, como si Brian Molko le trepara por la nuca cuando camina. Llevaba el pelo suelto, y mucho más largo y claro. No la he mirado a los ojos por lo que pudiera pasar, pero he visto su peca al oeste de la nariz y se me ha caído el corazón al suelo. Como si pudiera ver cuánta gente le ha dicho lo que incita a besarla, o lo bien que queda cuando encoge la nariz y dice: hace mucho frío, ven. Y vas, y la abrazas.
Al principio te llama la atención. Es como un puesto de globos en la feria. Tú tienes los dardos y ella puntos débiles. Cuando empiezas a explotar los globos, te das cuenta de que es tan sencilla como una pared blanca, pero si vas deprisa, igual te chocas. Y nadie quiere chocarse de golpe con el amor de su vida si tú no eres el suyo.
Yo no era el amor de la vida de Ana, o al menos no el primero. Y no sabéis lo duro que es ser el segundo amor de tu primera vida. Ni lo que es ponerse calcetines diferentes, y que uno de ellos sea suyo.
Lo que más me gustaba de ella, era su forma de pintarse los labios; como si le fuera la vida en ello, y hacerlo mal significaría un fracaso. Le encantaba besarme en la frente con carmín rojo, que era una bonita marca, decía. O cuando recitaba poesía y se le trababa la lengua, no había nadie que le dijera que no a nada sólo con ver sus mejillas.
Ana sabía andar con tacones, y cuando la vi, queriendo coger ese tren, quise que flojeara, y por una vez, dejase ver lo jodidamente frágil que es cuando llega tarde.

4 comentarios :

  1. Me han entrado ganas de conocer a Ana. :)
    Un beso.

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  2. Estoy de acuerdo con David. Ha conseguido que Ana se nos represente como una chica imposible de novela de invierno. Es genial, me han entrado ganas de ser un poco así ¿Cómo sería vivir en esos tacones?

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  3. Es jodidamente perfecto, describes genial el mundo de esa chica... a mi también me han entrado ganas de conocer a Ana.
    Un besazo.

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  4. Esta es una de esas veces en las que parece que oyes a Ana detrás de ti. (quizá sea por cómo la has descrito; mágico).

    Au revoir!
    HTR.

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