De amores invisibles y desastres.

Si te digo que sé la hora exacta
de la última vez que nos vimos,
y que tengo tu inicial en mis calcetines,
¿estoy lo suficientemente enferma?




Él es mi plan 'a-hora',
con todas esas ganas de llegar tarde,
y los poemas de no-amor sobre su espalda.
La rima tan asonante de sus pecas y mis lunares,
y todos esos 'escritor encuentra a musa' que nunca acaban bien.
El te quiero por eso de los huecos entre tus dedos,
y la magia que tiene el verbo intentar
si tiene que ver contigo.
La línea invisible que une mi sofá y tu nevera, 
y mi mano izquierda con tu derecha,
están gritando amor tan alto que.

Mi apuesta es 'ven, rápido, como si me persiguieras',
que tengo ocho inviernos sin sol,
una mariquita en la palma de mi mano, y la magia suficiente para hacerte perder la cabeza.
Me gustaba tu espalda casi tanto como llamar puta a la poesía;
todas esas ganas,
y esas ganas,
y esas ganas,
-de ti-
que no se van nunca.






2 comentarios :

  1. Y esas ganas y ganas de leerte que tampoco se acaban. Poesía, puta si lo prefieres, es lo que sale de tus mágicos dedos.

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  2. Que precioso, lo he leído varias veces y cada vez me gusta más. Es increíble como escribes.
    Muchos besitos desde http://queenofyourdreams.blogspot.com.es/ ♥

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