Sin haberte visto

Una vez tuve un amor que duró viente minutos y del que me fui sin saber su nombre. Fue bonito mientras pudo durar y yo crucé la puerta sin decir adiós.


Me preguntaste si sabía bailar
haciendo que el viento se enamorara de mi falda
y yo te contesté que no.

Nos veré cada noche a punto de llorar
arrugando mi nariz al olvidar tu voz
y pensar que la recuerdo como el primer día.
Te escucharé pensando que no eres tú,
que soy yo,
que pudimos ser un nosotros de color añil,
que creamos el amor antes de creer en él
y que ese fue nuestro primer y único error.
Dos canciones y media hablando del mismo momento,
y aún no sé cómo justificar la despedida.
Caer de golpe sonriendo sabe a limón
pero huele a saber morir con la cabeza bien alta.
Quizá algún día alguien que no somos nosotros
sepa hablar igual de rápido sobre amor
y bailes con los pies descalzos sobre una cama cualquiera.
Durará veinte minutos y será la playa más larga
para nadie que no le encuentre diferencia
a besar y besar con lengua,
o a romper y destrozar con ganas.
Habrá gaviotas y no sabrá a sal
porque nunca supe a sabían tus labios,
ni se hablará con los ojos abiertos,
ni mucho menos sabiendo lo que se dice.

Imagínate que algún día me encuentras
detrás de mi mechón naranja rodeada de Alemanias
y de pájaros que presumen de saber volar
sin haberte visto mirar al cielo.

3 comentarios :

  1. ¿El poema es tuyo?
    Está genial. Sobre todo el trozo de «Dos canciones y media hablando del mismo momento, y aún no sé cómo justificar la despedida».

    ¡un abrazo!

    ResponderEliminar
  2. Todo lo que hay en mi blog está escrito por mí.
    Muchísimas gracias, Natalia.

    ¡Otro para ti!

    ResponderEliminar
  3. Yo cada vez que entro aquí, me quedo más enamorada de como escribes. Puta droga.

    ResponderEliminar