rebobine, por favor

Espero que a esto no se nos ocurra llamarlo desliz cuando hemos estado persiguiendo la remota casualidad de que suceda.



Hace tiempo alguien que no tenía ni idea de nada me contó que lo que le ocurría al sol era que sufría una fusión nuclear de vez en cuando. Que era un fuego en su interior que explosionaba y lo llenaba todo de luz y de energía. Me explicó con mucha claridad que si alguna vez llegaba a estar cerca del sol, tan cerca como para quemarme las yemas de los dedos, corriera en dirección opuesta hasta que estuviese rodeada de oscuridad y pequeñas piedritas brillantes. Yo nunca le hice caso, como te digo, nunca tuvo ni idea de nada. Sin embargo, aún tengo los dedos sucios del éxtasis de tocarte y lo único que veo cincuenta y una horas después es oscuridad y un millón de puntos brillantes dentro de mis ojos. 
Lo nuestro fue una fusión sexual.
Sol.

Desde la cama inventamos muros más altos que los nuestros para ver la duda cruzar nuestros ojos como un pequeño pez anaranjado, y buceamos en la profundidad de las palabras que alguien escribió sin saber que éramos nosotros y que ellos, jamás, podrían salvar el mundo. Apareció la palabra THE END en nuestra pantalla y tu voz creó el silencio: rebobine, por favor.

Nunca supe cómo explicar la primitiva necesidad de abrir la boca segundos antes de pedir un beso, ni el constante ruido de nuestras manos buscándose bajo las sábanas de camas distintas, ni tampoco el vacío de contar las olas que rompen en mis pies y dejan mi corazón inundado de sal; trescientas cuarenta y dos tenían tu misma risa. 
No sé lo que significa, pero espero que, cuando te rompan el corazón, quien no lo sepa seas tú.

En mitad de la noche alguien ha gritado tu nombre y en mi cama ha habido una explosión estelar; si hundo mi corazón en el colchón, lo único que se oyen son tus pies descalzos yéndose muy lejos y sin mí. Ojalá disfrutes de tan dulce agonía.

17 comentarios :

  1. Es uno de los inconvenientes de los soles perdidos: explotan, queman y después dejan todo plagado de oscuridad...
    un besoo!

    ResponderEliminar
  2. Que tengamos cuidado con el fuego, que quema; que no pises ahí, que te vas a caer... Y al final acabamos quemándonos en la caída.
    Me encanta este texto,
    (y la frase del encabezado del blog),
    pero me encanta aún más cómo escribes.

    Un abrazo,
    S.

    ResponderEliminar
  3. Sol eres tú.
    ¡Qué bonitas explosiones nos regalas!

    Soy fan tuya cada vez más.

    ResponderEliminar
  4. Arde, sólo eso. Que más da lo que pase luego. Arde.

    ResponderEliminar
  5. Es lo más bonito que he leído en mucho tiempo. Sólo digo eso.

    ResponderEliminar
  6. Siempre nos avisan de que nos vamos a quemar y aun así nos quemamos, lo curioso es cuando nos gusta la herida.
    Un blog precioso.

    ResponderEliminar
  7. Qué bonito y cuanto hacía que no leía algo así. Me hago fan desde ya para no perderme nada de lo que publiques ♥

    Es más divertido cuando corremos el riesgo de quemarnos, más peligroso, pero eso solo nos importa cuando las quemaduras empiezan a ser de tercer grado y el dolor está tan adentro que empezamos a verlo como algo más que mera diversión. Pero que entretenido es el camino hasta llegar allí...

    Lo dicho, que me ha encantado.
    Muchos besos ♥♥

    ResponderEliminar
  8. vaya, qué dolor y tristeza. me ha gustado muchísimo la parte que le da el título a la entrada, siempre alguna que otra vez hemos pensado en rebobinar. pero quién sabe que lo que venga después pueda curarlo todo.

    (saludos)

    ResponderEliminar
  9. yo acabo de volver, querida sireia. ya en su momento, prometí no ser frecuente. es un defecto incurable. pero de vez en cuando, vuelvo a pasarme por sitios como el tuyo, para disfrutar un rato de algo bien escrito y refrescante. creo que yo también voy a rebobinar.
    un beso

    ResponderEliminar
  10. Ésto es un pedacito sangrante de sol.

    ResponderEliminar
  11. Me has desgarrado la entereza que me quedaba para hoy. Me conquistaste con la primera frase. No sé, creo que a veces nos empeñamos tanto en algo que vamos creando nuestras propias casualidades y si está mal, sí, lo disfrazamos de desliz para sentirnos un poquito mejor.
    Lo de la fusión ha sido muy intenso. Qué tristeza quemarse tanto y volver a por más. Coger el mando y rebobinar para arder un poquito más. Sólo un poco. Y luego es como si el dedo se hubiese enamorado de ese botón del mando a distancia.
    Es precioso, Sireia. He estado de vacaciones pero ahora mismo me pongo al día con tus piezas de arte :)
    Besitos.

    Miss Carrousel

    ResponderEliminar
  12. Oh, Sire. No tienes nada más nuevo que no haya leído.
    Escribe ¬¬ :P

    ResponderEliminar
  13. Descubrirte ha sido lo mejor que podía pasarme esta noche.

    ResponderEliminar
  14. Acabo de conocerte y ya me has puesto la piel de gallina. Ole tú y tu belleza al escribir.

    Marina.

    ResponderEliminar
  15. Que increíbles las sensaciones que nacen al leerte. Un beso, te espero

    ResponderEliminar
  16. El sol es nuestra estrella. Tal vez por eso pasan estas cosas.
    Qué bien escribes.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  17. Sin palabras. Esos amores son los que realmente importan, los que te queman por dentro, te hacen explotar y que cuando se acaban sólo dejan cenizas de lo que antes eran. Son los que más duelen, ciertamente, pero también los que te hacen sentir viva.

    ResponderEliminar